Marco Cresci se dedica a la composición e interpretación musical, a la pintura y educación artística.
Estudia e investiga la relación entre espiritualidad, arte y educación.
Desde el año 2010 profundiza sus estudios en las obras de Ananda Kentish Coomaraswamy, Arvo Pärt, Hippolyte Léon Denizard Rivail (Allan Kardec), Francisco Cândido Xavier, Haroldo Dutra Dias, Helen Schucman y William Thetford (Un Curso de Milagros), Bill Viola, Thich Nhat Hanh.
Es fundador y director artístico de MÚSICA PARA EL ALMA: música original compuesta por Marco, en el contexto de la terapia del dolor, cuidados paliativos en residencias para personas mayores y en centros de rehabilitación psicofísica.
Formado en la Civica Scuola di Musica y Conservatorio Giuseppe Verdi (Milano, 1986-1993), European Mozart Academy (Varsovia, 1996), Rotterdams Conservatorium (Rotterdam, 1997-1998), Indiana University School of Music (Bloomington, EEUU, 1999), Accademia Musicale Chigiana (1989-1993-1997).
Comienza su actividad profesional en 1990, trabajando como clarinetista freelance hasta el año 2010. Durante este periodo, colabora con notables artistas y conjuntos musicales, entre los cuales: Ana Márcia Varela, Grazia Cormio, Mario Cresci, Krzysztof Penderecki, Franco Donatoni, Reinbert de Leew, Wolfgang Rihm, Divertimento Ensemble di Milano, Ensemble Intercontemporain, IRCAM, Orchestra Sinfonica della RAI di Milano, Orquesta Sinfónica de Bilbao, Orquesta de la Escuela Superior Reina Sofía, Nacho Mastretta, Sexteto Racalmuto, Studio Azzurro, New York City Ballet, Jesús Rueda, Bruno Dozza, Mario Carro, Marek Janowsky, Emilio Pomarico, Jaap Van Zweden, Vera Beths, Aurele Nicolet, Giovanni Antonini, Bruno Pasquier, Juanjo Mena, Pedro Sarmiento, Antoni Ros-Marbá, Valeri Gergiev, Pierre Boulez.
(2025)