Juan de Yepes Álvarez (San Juan de la Cruz, 1542- 1591)
OTRAS DEL MISMO A LO DIVINO
Tras de un amoroso lance
y no de esperanza falto
subí tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese,
y con todo en este trance
en el vuelo quedé falto
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.
II
Cuando más alto subía
deslumbróseme la vista
y la más fuerte conquista
en escuro se hacía
mas por ser de amor el lance
di un ciego y oscuro salto
y fui tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
III
Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo
porque esperanza del cielo
tanto alcança cuanto espera,
esperé solo este lance
y en esperar no fui falto
pues fui tan alto tan alto,
que le di a la caza alcance.
IV
Cuando más cerca llegaba
de este lance tan subido
tanto más bajo y rendido
y abatido me hallava
dije: No habrá quien alcance.
Abatíme tanto tanto
que fui tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
NOCHE OSCURA
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
2. A oscuras y segura
por la secreta escala disfrazada
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y en celada
estando ya mi casa sosegada.
3. En la noche dichosa
en secreto que nadie me veía
ni yo miraba cosa
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
4. Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía
en parte donde nadie parecía.
5. ¡O noche que guiaste!
¡O noche amable más que el alborada!
¡O noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!
6. En mi pecho florido
que entero para él solo se guardaba
allí quedó dormido
y yo le regalaba
y el ventalle de cedros aire daba.
7. El aire de la almena
cuando yo sus cabellos esparcía
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.
8. Quedéme y olvidéme
el rostro recliné sobre el amado;
cesó todo y dejéme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
GLOSA DEL MISMO
Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo
toda me voy consumiendo.
Mi alma está desasida
de toda cosa criada
y sobre sí levantada
y en una sabrosa vida
sólo en su Dios arrimada.
Por eso ya se dirá
la cosa que más estimo
que mi alma se ve ya
sin arrimo y con arrimo.
Y aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal
no es tan crecido mi mal
porque si de luz carezco
tengo vida celestial,
porque el amor da tal vida
cuando más ciego va siendo
que tiene al alma rendida
sin luz y a oscuras viviendo.
Hace tal obra el amor
después que le conocí
que si hay bien o mal en mí
todo lo hace de un sabor
y al alma transforma en sí,
y así en su llama sabrosa
la cual en mí estoy sintiendo
apriesa sin quedar cosa
todo me voy consumiendo.